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Revisa tu patriarcado, te está haciendo daño amigo

Traducido por Maritza Gonzalez

Durante la mayor parte de mi vida, mi propia imagen como hombre solo me ha causado daño. Me he negado a mí mismo la capacidad de sentir amor y felicidad para ajustarse a las expectativas de la sociedad patriarcal. Soy más feliz desde que elegí empezar a ser yo. 

Al crecer de niño en una familia mexicana, estuve expuesto al patriarcado como un sol abrasador cayendo sobre el desierto. 

Hubo ejemplos de dominio masculino sobre todo en las películas y programas que vi, los juegos que jugué y los chicos con los que salí. Me enseñó que mi valor era como una fuerza a tener en cuenta; un dominador y un conquistador, que podía usar la violencia para afirmar ese dominio. 

Recuerdo haber sido intimidado por niños más grandes cuando yo era pequeño como parte de estos “juegos.” Fui insultado, desmoralizado y peleado. Una vez en los pozos de arena durante el recreo todos nos turnamos para golpearnos unos a otros. No tenía idea de por qué, incluso cuando era mi turno. 

Una vez un niño me arrancó una flor de la mano.“Las flores son para las niñas,” dijo con desdén y lo tiró del patio de recreo. Momentos como este mataron mi dulce y amable espíritu, adormeciendo para que fuera tan horrible para los demás como lo fue para mí. 

Desde entonces he desarrollado una relación saludable con mi energía masculina. He estado leyendo “La Voluntad de Cambiar” de bell hooks, una visionaria, pensadora y feminista. Ella aborda el condicionamiento al que estamos sujetos bajo el “patriarcado capitalista imperialista de supremacía blanca,” como ella nombró con tanta precisión al sistema político de nuestra nación. Bajo este sistema de opresión, soy un producto para ser vendido y para lucrar: una ventaja. Estoy fabricado con un sentido hipermasculino de mí mismo para que mi ira, orgullo y rabia puedan ser utilizados por mi opresor. Soy asimilado fuera de mi cultura para que pueda ajustarse a la descripción de producto de la sociedad de un hombre. 

También la escritura de hooks ha afirmado mis elecciones de cambiar como persona a un hombre más suave, amable y gentil. Estoy actuando diferente. No tengo miedo de sentir, o decir y mostrar a los demás cómo me siento. Actúo de manera amigable y amable, tengo una intención genuina y trato a los demás con empatía sin esperar nada a cambio. Para ser claro para los tipos en la parte de atrás: nadie está obligado a devolver ningún favor si se le insinúa. 

Lo más importante es que trato a los demás con el conocimiento de que los hombres han causado un dolor horrible a tantas personas. Mi privilegio masculino es a costa del terror y la violencia patriarcales, que han causado daños emocionales en todo el mundo durante generaciones, y rechazo ese privilegio por un corazón y un alma más sanos. Reclamo mi poder y mi fuerza para luchar por un mundo más amoroso y solidario. 

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