Aquilli Metzli: Donde crece la milpa, fluye la comunidad
De la semilla a la mesa, la cooperativa local latinx e indígena de Humboldt está creando un espacio para mantener vivas las tradiciones y las prácticas agrícolas culturales. Voluntarios de Aquilli Metzli se ensucian las manos cuidando plantas en terrenos de cultivo ubicados en Hoopa, Carlotta, huertos personales en casa y la recién desarrollada granja estudiantil.
Los miembros se unen a través de la comida que les recuerda quiénes son y quiénes vinieron antes que ellos. Cultivan una variedad de productos, pero la raíz de su práctica se centra en la milpa, la tradición indígena de sembrar maíz, frijol y calabaza. Al crecer juntos, estos cultivos se benefician mutuamente, fortaleciéndose en comunidad.
“Hay algo hermoso en guardar semillas y genética y en usar el conocimiento tradicional para cultivar esas plantas y milpas”, dijo Astrid Reusche, miembro de Aquilli Metzli. “Es una forma muy especial de plantar, donde las plantas se complementan y se ayudan entre sí a crecer.”

Para Raúl Pacheco, siempre existió el deseo de tener un espacio donde pudiera conectar con sus ancestros de una manera significativa. Cuando se topó con un volante sobre Aquilli Metzli, supo de inmediato que ese era su lugar.
“Creo que es importante explorar tu cultura manteniendo nuestros alimentos tradicionales y haciendo esa conexión con nuestros familiares y nuestros ancestros”, dijo Pacheco. “Pienso que es muy beneficioso trabajar juntos de esta manera cooperativa, compartiendo ideas y también compartiendo el poder.”
Aquilli Metzli organiza reuniones mensuales donde los voluntarios se encuentran alrededor de una comida preparada con los cultivos que han sembrado. Siendo nueva en la comunidad de Humboldt, Leslie Ortega descubrió el poder de compartir una comida con quienes te entienden.
“También es muy especial ver cuánta gente llegó en nuestro primer año de jornadas de trabajo, y cuántas mentes creativas se han reunido. Todos ven que no se trata solo de plantar la semilla, también de compartir comidas comunitarias y de crear cosas que hacen que la gente se sienta menos aislada”, dijo Ortega.
Adriana Salgado, miembro y cofundadora de Aquilli Metzli, ha tenido su pequeña granja familiar, Wilder Natural Farm, en Humboldt por cinco años. En este espacio ha invitado a los miembros a experimentar con la agricultura de manera colaborativa.
“La agricultura es muy solitaria, así que ha sido increíble poder crear un espacio para jóvenes agricultores y para gente que cree en la soberanía alimentaria. Nos reunimos, nos hacemos amigos”, dijo Salgado. “Pasamos de ser extraños, en seis meses, a compañeros inseparables.”

Salgado cree en el poder que surge de la autosuficiencia y de unirse para lograrlo.
“En estos tiempos, cuando las empresas no proveen para los trabajadores, cuando los gobiernos no proveen para la gente, la cooperativa es una oportunidad de proveer para nosotros mismos”, dijo Salgado.
Para Eric Gallegos, agricultor con años de experiencia, lo más gratificante ha sido ver su pasión encenderse en otros.
“Poder hacerlo ahora con mis amigos ha sido muy divertido, y organizar jornadas de voluntariado donde la gente viene y aprende todo lo que he hecho para cultivar alimentos, y luego probar algo de lo que hemos cosechado, es realmente emocionante. Llena mi corazón de alegría poder compartir esa parte tan grande de mí con la gente que quiero”, dijo Gallegos.
Aquilli Metzli comenzó como un espacio de encuentro. Ahora ha florecido en una comunidad que se ha hecho más fuerte porque se encontraron unos a otros.
“Ver lo felices que están cuando pasan tiempo al aire libre, moviendo su cuerpo, conociéndose entre sí,” dijo Gallegos. “Eso es lo que más me alegra.”

