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CPH tala árboles y apartamentos del campus para un nuevoproyecto de complejo de vivienda, comedor y salud

traducido por Laura Sanchez

La demolición este verano de Campus Apartments en Cal Poly Humboldt transformó por completo la ladera entre Laurel Drive y LK Wood Boulevard. Se retiraron cerca de 37 árbo- les, entre ellos secuoyas (no de crecimiento antiguo), pinos y eucaliptos invasores, para abrir paso a un proyecto de Vivienda, Comedor y Salud con una inversión de 170 millones de dólares. Para muchos estudiantes, la nueva vista resulta impactante; para la universidad, representa el inicio de una de sus obras más ambiciosas.

El camino esta por delante

Mike Fisher, vicepresidente interino de Administración y Finanzas, explicó que la demolición también eliminó 11 espacios de estacionamiento para residentes en la parte norte de la colina. La zona será restaurada con vegetación nativa y áreas de descanso comunitarias, con fecha de finalización prevista para el otoño de 2025.

El proyecto, sin embargo, va más allá. En el terreno llano al sur, donde antes se ubicaban los talleres de cerámica y escultura y un estacionamiento, se construirá el nuevo edificio. La obra está programada para arrancar en 2027 y concluir en 2029. Mientras tanto, el área se utilizará como estacionamiento para contratistas, lo que, según Fisher, aliviará la presión sobre los aparcamientos generales del campus.

Algunas secuoyas retiradas se incorporarán a la propia colina, mientras que otras se destinarán a bancas y pequeños proyectos en el campus. Los documentos de planificación calculan que, en total, podrían talarse hasta 85 árboles.

Las secuoyas no se sienten reemplazables

Para parte del alumnado, la tala ha cambiado la esencia del campus. “Creo que debieron informarnos mejor”, dijo Itzel Ramírez, estudiante de ingeniería de sistemas energéticos.

“Para una escuela que presume de su conexión con la tierra, están quitando lo que la mayoría viene a buscar: sobre todo las secuoyas. Es una locura.” Andrea Worden, estudiante de ingeniería de recursos ambientales, coincide. “Derribarlas no se siente correcto para Humboldt”, dijo Worden. “Nos dicen que somos un campus consciente del medio ambi- ente, pero esto contradice ese mensaje.”

Ambas aseguraron que la demolición las dejó cuestionando la identidad de la univer- sidad. Ramírez consideró a las secuoyas “un símbolo de lo que hace a Humboldt único” y expresó temor de que se sacrifiquen por más edificios. Worden añadió que parecía una decisión tomada sin suficiente participación estudiantil.

Edificios más grandes abren camino para preguntas más grandes El complejo de Vivienda, Comedor y Salud se suma a la reciente apertura de Hinarr Hu Moulik, una residencia de 400 camas con cafetería, gimnasio y espacios recreativos. La nueva infraestructura añadirá otro dormitorio estudiantil y centralizará servicios de alimentación, consejería y salud.

Pero para Ramírez y Worden, esas promesas chocan con la pérdida de los árboles.

“Nos dicen que es sostenible”, comentó Worden. “Pero talar docenas de árboles no es nada sostenible.”

Samuel Ramos, estudiante de bioquímica de segundo año, también batalla con los cambios. Los planes de la universidad para el espacio demolido y las reacciones de los estudiantes “Fue triste, pero sabemos que la escuela necesita más espacio. Todo depende de lo que valoremos más”, señaló.

Preocupaciones sobre costos y tiempo La universidad insiste en que el proyecto no solo responde a necesidades de vivienda. Según Fisher, el edificio se diseñará con materiales sostenibles y ampliará las instalaciones de bienestar estudiantil.

Aún así, persiste la cautela. Ramírez expresó preocupaciones sobre quién asumirá los costos, señalando que la matrícula y las cuotas a menudo terminan financiando los proyectos de construcción. Worden cuestionó si el proyecto realmente atenderá las necesidades estudiantiles, señalando que “la vivienda es importante, pero si no es asequible, no está resolviendo el problema”.

Algunos también cuestionaron el momento de la demolición. Dado que ocurrio en verano, cuando la mayoria de los estudiantes estaban ausentes, surgieron preocupaciones de “falta de transparencia.”

“Desde nuestra perspectiva, así pareció”, dijo Ramos. “Pero tal vez sólo querían menos tráfico estudiantil para que la demolición fuera más segura.”

Proximos pasos

Para el otoño de 2025, la colina contará con nueva vegetación nativa y espacios de descanso. La construcción del edificio de Vivienda, Comedor y Salud comenzará en 2027 y concluirá en 2029. Fisher aseguró que la tala se compensará con reforestación y destacó la gestión de los bosques cercanos por parte de la universidad como muestra de responsabilidad ecológica.

Para Ramírez, el dilema es si estos sacrificios reflejan realmente los valores de Humboldt.

“No puedes decir que eres una institución ambiental y luego quitar secuoyas,” dijo Ramírez. Worden coincidió, advirtiendo que proyectos así pueden desconectar a los estudiantes del campus que eligieron.

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